Después de tres largos días de lluvia, tormenta y mucho frío el Señor nos regaló un día de sol, en el que visitamos el pueblo de la Acebeda y donde celebramos la eucaristía con gente del pueblo en la Iglesia.
Regresamos al campamento para recoger y limpiar las tiendas debido a estos días de lluvia.
Y después de esto, al fin nos dejaron tener tiempo solos por el pueblo en el que aprovechamos para comprar chuches y pasar tiempo todos juntos.
Al volver al campamento, pasamos por la "aduana" en la que los monitores nos confiscaron el resto de chucherías.
Por la tarde, tuivmos juegos en los cuales tuvimos varias bajas debido a un "abejonejo". Pero el equipo naranja demostró su valentía ante esta situación y se alzó victorioso en el juego.
Por la noche tuvímos una de las mejores veladas del campamento, la Hora Santa, una hora que dedicamos plenamente a estar con el Señor, está era su hora, era su momento de poder disfrutar de nosotros. En la Hora Santa pudimos clavar nuestro pecado en la cruz, de esta forma, pudimos establecer una relación nueva con el Señor.
Regresamos al campamento para recoger y limpiar las tiendas debido a estos días de lluvia.
Y después de esto, al fin nos dejaron tener tiempo solos por el pueblo en el que aprovechamos para comprar chuches y pasar tiempo todos juntos.
Al volver al campamento, pasamos por la "aduana" en la que los monitores nos confiscaron el resto de chucherías.
Por la tarde, tuivmos juegos en los cuales tuvimos varias bajas debido a un "abejonejo". Pero el equipo naranja demostró su valentía ante esta situación y se alzó victorioso en el juego.
Por la noche tuvímos una de las mejores veladas del campamento, la Hora Santa, una hora que dedicamos plenamente a estar con el Señor, está era su hora, era su momento de poder disfrutar de nosotros. En la Hora Santa pudimos clavar nuestro pecado en la cruz, de esta forma, pudimos establecer una relación nueva con el Señor.
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